En Santo Domingo, provincia de Morropón (Piura), la alianza Barreto–Paz López ha marcado la gestión municipal con acciones más simbólicas que reales. La cercanía del alcalde Elvis Barreto Jiménez con la familia Paz López —en especial Santiago y Luis (Lucho)— despierta sospechas y críticas. Para numerosos vecinos, el municipio sirve más a intereses políticos que a las necesidades urgentes de la población.
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Una alianza tejida con favores
Barreto no actúa solo. Su vínculo con los Paz López es de larga data. Durante sus tres mandatos como alcalde, recibió apoyo económico, logístico y político de esta familia. El respaldo llegó principalmente a través del movimiento “Región para Todos”, controlado por los Paz.
Hoy, las denuncias apuntan a un retorno de favores. Vecinos y líderes comunales aseguran que la Municipalidad de Santo Domingo destina recursos, vehículos y personal para impulsar la campaña de Lucho Paz, hermano de Santiago, de cara a las próximas elecciones. Este uso político de la institución preocupa, ya que desvía la atención y los fondos de las verdaderas prioridades del distrito.
La política del arroz y la frazada
Mientras las obras de infraestructura son escasas, la gestión de Barreto se centra en medidas asistencialistas: reparto de arroz, azúcar, aceite y otros víveres; entrega de frazadas; y distribución de kits básicos de ayuda. Estas acciones pueden ser útiles en casos de emergencia, pero no transforman la calidad de vida de la población.
En lugar de proyectos de agua potable, alcantarillado, pistas, colegios o centros de salud, los vecinos reciben bolsas de productos que se consumen en pocos días. En muchas ocasiones, estas entregas se realizan en eventos con cobertura mediática, reforzando la imagen del alcalde y la de la alianza Barreto–Paz López, más que resolviendo problemas estructurales.
Actos públicos con poco impacto
La gestión municipal abunda en ceremonias y actividades simbólicas: inauguración de áreas verdes reducidas, izamientos de bandera, “jornadas de limpieza” en plazas y reuniones con la policía. Estas acciones generan fotografías y publicaciones en redes sociales, pero no dejan soluciones duraderas.
Vecinos señalan que estas actividades ocupan tiempo y presupuesto que podrían destinarse a obras con un impacto real. La percepción general es que la prioridad está en la visibilidad política antes que en el desarrollo del distrito.
Promesas que se diluyen
En distintas oportunidades, Barreto ha convocado reuniones con dirigentes vecinales, autoridades y ciudadanos para abordar temas como la seguridad o mejoras en los servicios básicos. Sin embargo, quienes participan afirman que las promesas no se cumplen. Los problemas persisten y las soluciones se postergan indefinidamente.
En paralelo, la alianza Barreto–Paz López sigue fortaleciéndose. Los eventos municipales se convierten en espacios donde miembros de la familia Paz López participan como invitados especiales o figuras de respaldo. Esta constante presencia pública alimenta la idea de que la municipalidad funciona como una plataforma política.
Un trasfondo político evidente
Fuentes cercanas a la municipalidad sostienen que muchas actividades asistenciales tienen un objetivo electoral: posicionar a Lucho Paz como candidato. Hay denuncias de ciudadanos que aseguran haber visto vehículos y recursos municipales trasladando materiales y personas hacia eventos proselitistas.
Aunque estas acusaciones requieren investigación formal, la percepción popular es clara: la estructura municipal se utiliza para fortalecer la campaña de un aliado político, lo que constituye una grave falta ética y, posiblemente, legal.
Oportunidades desperdiciadas
Santo Domingo enfrenta problemas urgentes: zonas rurales sin acceso a agua potable, caminos en mal estado, escuelas con infraestructura deteriorada y un sistema de salud con recursos limitados. Cada sol destinado a gestos mediáticos es un sol menos invertido en obras de impacto real.
Expertos en desarrollo local advierten que la dependencia de políticas asistencialistas perpetúa el clientelismo. En lugar de empoderar a la población, se refuerza su dependencia de las autoridades de turno. La alianza Barreto–Paz López parece más interesada en sostener su poder político que en transformar la realidad del distrito.
Llamado urgente a la fiscalización
La Contraloría General de la República y el Ministerio Público deben investigar el uso de recursos municipales en Santo Domingo. El empleo de fondos públicos con fines electorales no solo es una falta grave, sino que socava la confianza ciudadana en sus instituciones.
La población exige transparencia, planificación y obras que realmente cambien su calidad de vida. La política local no puede seguir reducida a arroz, frazadas y fotos para la campaña. La única forma de romper el ciclo del clientelismo es con una gestión que priorice la inversión en infraestructura, educación, salud y servicios básicos.