La vieja estructura del poder reciclado. La política de Santo Domingo parece condenada a repetir un mismo guion: los mismos apellidos, las mismas estrategias y los mismos beneficiarios. Hoy, el panorama preelectoral está marcado por una alianza que levanta serias sospechas de manipulación, favoritismo y abuso del poder municipal.
El protagonista es Lucho Paz, quien aspira a la alcaldía del distrito con el respaldo explícito del actual burgomaestre Elvis Barreto. Pero detrás de este apoyo se esconde una red de intereses construida desde hace años, donde la familia Paz López juega un rol determinante en el sostenimiento de un poder enquistado.
Un candidato fabricado desde el poder
Lucho Paz no surge de una vocación popular, ni de una trayectoria municipal destacada. Es, más bien, una figura fabricada desde el poder. Su candidatura no solo cuenta con el respaldo simbólico del actual alcalde, sino también con recursos logísticos y económicos que estarían siendo facilitados desde la propia gestión edil. Las campañas millonarias que se despliegan semana a semana en diferentes zonas del distrito muestran un despliegue impensable para un candidato como Lucho Paz. Entonces, ¿de dónde proviene ese respaldo? La respuesta está en la devolución de favores políticos.
El intercambio de favores como estrategia de continuidad
Elvis Barreto ha sido tres veces alcalde de Santo Domingo gracias al partido “Región Para Todos”, conocido por estar bajo el control de los hermanos Paz. Santiago Paz y Lucho Paz no han sido simples militantes, sino piezas clave en la maquinaria que sostuvo las victorias políticas de Barreto. Hoy, el ciclo se invierte: es Barreto quien pone al servicio de Lucho Paz toda la capacidad de la gestión municipal para asegurar que Lucho lo suceda en el cargo. No se trata de una coincidencia, sino de una estrategia de continuidad en la que el poder se transfiere dentro de una misma familia y su círculo político.
Logística y recursos públicos bajo sospecha
Las campañas de Lucho Paz destacan por su gran organización: escenarios, personal contratado, transporte, sonido, publicidad y presencia territorial de portatil. Todo esto hace sospechar del uso irregular de recursos logísticos que podrían estar vinculados al aparato municipal. Si bien no hay aún una denuncia formal, los indicios son evidentes para los vecinos: vehículos de la municipalidad que aparecen en actividades proselitistas, trabajadores municipales que hacen campaña encubierta y proveedores del municipio que trabajan los eventos de Lucho Paz.
¿Quién fiscaliza al poder cuando este se recicla a sí mismo?
La situación se vuelve aún más preocupante cuando se observa que no hay una fiscalización efectiva. La mayoría de actores políticos de oposición han sido neutralizados o silenciados, y los medios locales guardan silencio por temor o conveniencia. Así, el círculo se cierra y la democracia se ve reducida a un simple trámite electoral en el que los mismos de siempre se turnan el poder con total impunidad.
El distrito necesita renovación, no continuismo
Santo Domingo necesita con urgencia una renovación política que rompa con los pactos de poder heredados. El continuismo disfrazado de “progreso” solo perpetúa prácticas nocivas para la gestión pública: clientelismo, favoritismo, y opacidad en el manejo de recursos. La alianza entre Elvis Barreto y la familia PAZ LOPEZ no representa una opción nueva, sino una fórmula conocida que ya ha demostrado sus límites. Es hora de que los ciudadanos se pregunten a quién realmente beneficia esta alianza, y si están dispuestos a seguir entregando el futuro del distrito a los mismos intereses de siempre.